MIENTRAS NO HAY CLASES
DIEGO TRABAJA VENDIENDO ARTESANIAS EN ACAPULCO
Laura Sánchez
Granados
Diego tiene nueve años y va en tercero de primaria, el nació en la zona indígena de Guerrero en
San Juan Tetenango municipio de Tepecuacuilco, su mamá era muy joven cuando se
embarazo y a los pocos meses de nacido se lo dejo a sus abuelos doña Cecilia y
don Santiago, los dos tienen más de 75 años el ya no ve y se la pasa en cama
muy enfermo la abuela perdió un ojo pero todos los días después de las tres de
la tarde vende en la banqueta de la Costera Miguel Alemán pulseras, collares,
aretes típicos y el pequeño también tiene que ayudarlos a sacar dinero para
comer.
Dice doña Cecilia que mucho tiempo la escuela a la que va su
nieto en la colonia Hermenegildo Galeana ubicada en la parte más alta del cerro
del Veladero no tienen clases eso porque los maestros están en paro.
El hambre los corrió de su pueblo, al menos en Acapulco
sacan para las tortillas y los frijoles, Diego es un niño bueno y saca nueves y
dieces dice su abuela, pero no le gusta que pocas veces hay clases, ella quiere
que su nieto termine sus estudios y por eso se sacrifica tanto.
Diego comenta que sus maestros les dejan tarea para que
estudien mientras ellos se van a las marchas, y aunque dice que ya se
terminaron los plantones, desde la semana pasada está cerrada la escuela porque
como fue día de las madres y ahora será del maestro y tampoco habrá clases. No
sabe hasta cuándo.
Ellos viven en la parte más alta de Acapulco, solo pueden
llegar caminando no suben ni los camiones ni los taxis, hacen unos cuarenta
minutos entre los caminos de terracería, la escuela le queda cerca, Diego dice
que hoy esta bonita el gobierno les puso techo, una cancha y construyo los
salones de clases porque antes eran de madera y el piso de tierra.
Su abuela le da un cafecito y cuando hay abundancia una
pieza de pan dulce, pero casi diario es una tortillita caliente con frijolitos,
en la escuela también le dan un jugo y una galleta gratis.
Le gusta jugar futbol, sin embargo su sueño es ser artista,
pero de los artistas que hacen dibujos muy bonitos, también le gusta cantar
pero le dio pena entonar una canción, a pesar de que la abuelita lo animaba.
Es un buen niño dice su madre de crianza -porque Diego no le
dice abuela le dice mamá-, se lo dejaron cuando tenía unos cuantos meses,
reconoce que mucha gente la ayudo con la leche y la comida, pero en el DIF
nunca les ayudaron, se siente contenta porque la aceptaron en el programa 70 y
más y cada dos meses le dan un dinerito.
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